martes, junio 13, 2006

Ad memorial feles

Tomo prestado el título de un artículo que escribí, hace demasiado tiempo, para un pasquín universitario, debido a cierto suceso acontecido este fin de semana. En esos días celebrabamos un nuevo jueves de pruebas para los mechones y como "merecido" relax, eramos los gestores de las Mayayas, donde al son de la música y un locuaz locutor, los nuevos universitarios disfrutaban comestibles y bebestibles. Recibo el aviso de que mi gato habia fallecido de una insuficiencia renal y debo dejar la celebración.

Debo reconocer que la muerte aún no me toca de cerca, salvo mis abuelos maternos y mis mascotas, de estás últimas fui además quien tuvo que cavar sus tumbas. Y a pesar de ser "simples mascotas" como muchos dirán, es duro ser un día quien les da alimento, a cambio de amor puro y desinteresado y compañía incondicional, y al otro ser quien les da sepultura.

Bueno, a la muerte de mi gato, escribí un pequeño articulo recordando su memoria como amigo, compañero y confidente. El artículo nunca fue publicado.

Hoy la muerte no me toca, sino a un muy buen y querido amigo, compañero de carretes, borracheras, tocattas, ensayos, y desde hace poco más de un año, además compañero de trabajo. Su madre ha muerto, víctima de la edad y de la enfermedad, y su sereno dolor me hace pensar...

¡Cuán complicados son los extremos de la vida!
Por un lado nacer, lleno de preparativos y sorpresas, casi siempre cargados de alegría e ilusión. Por otro lado, aquél oscuro que muchos tememos, a pesar de constituir parte del flujo natural de la existencia, la muerte. El fallecimiento de un familiar cercano, a veces sorpresivo, a veces anunciado, siempre está lleno de cosas para las que, querámoslo o no, no estamos preparados. Hospital, doctores, servicio médico legal, abogados, sacerdotes, fuera pública, toda una gama de profesionales alrededor de la muerte, regularizar papeles, dar data de la fecha exacta del deceso, ver asuntos de gerencia y demases, una locura.

Y pienso además en mi propia familia, en mis seres queridos, ¿qué tan cerca está la muerte de ellos? ¿qué tan cerca está la muerte de mi? ¿cuántas cosas he dejado de hacer y quisiera poder compartir con ellos antes de que partan? ¿qué pasaría si alguno de mis familiares cercanos nos dejara? ¿qué pasaría si fuera yo a quién dejara este plano existencial? Obviamente constituye parte del ciclo inexorable de la vida, y debo agregar "y de la muerte", el mundo no dejará de girar, pero ¡¿cuánto dejamos por hacer?!

¡Fuerza Compadre! es único que te puedo ofrecer como apoyo.

2 Comments:

Blogger Horacio said...

Mi más sentido pésame. Y mucha fuerza, porque la vida es así, dura como una maldita piedra. No como la imaginó Quino alguna vez.

Un abrazo a la distancia para ti y tu amigo. Mucho ánimo.

martes, junio 13, 2006 6:07:00 p.m.  
Blogger José Ignacio Santa Cruz said...

Gracias.

miércoles, junio 14, 2006 8:13:00 a.m.  

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