lunes, mayo 08, 2006

Más de 20 horas de programación...

Se veía venir, era de esas cosas que son crónicas de una historia muy anunciada. Después de mucho rabiar, de reuniones, correos, diálogos varios, y muchos misceláneos de índole altamente autovictimizante (por parte de adivinen quien...), tuvimos que quedarnos trabajando este fin de semana, 20 HORAS y un poco más.

Tuve que quedarme en Santiago, y la verdad es que después de tanto computador, sólo me quedan ganas de dedicarme a la gastronomía o a la jadinería por lo menos por una semana. Afortunadamente terminé casi por completo la parte que tenía asignada, sin embargo el personaje en cuestión (notemos que personaje es un sustantivo carente de género, por lo que no necesariamente se trata de un él o una ella o un estado intermedio...), aún está atrasado con su parte, que por obra y gracia de una buena asignación de tareas, no afecta a la línea crítica.


La curva descendente empieza después de las 15~18 horas de trabajo, llega una instancia en que se requiere de distracciones bastante más seguido, conversar un poco, caminar por el pasillo, leer algo. servirse otro café. Despúes de eso es una lotería, si eres uno de los pocos iluminados es probable que termines vien, se te ocurran algunas cosas que en un estado de descanso y lucidez no serías capaz, resuelves los problemas a los que te enfrentas. Caso contrario sólo generas errores y terminas retrocediendo en vez de avanzar. Como dijo mi polola (chilenismo para novia) cuando le mencioné que fue mejor quedarnhos pués así no perdía la inspiración, por lo visto soy un "artista". Y debo reconocer que me sentí alagado, además de que nunca había considerado esto de la programación como un arte.

14 horas han sido suficientes para reponerme, pero como siempre han dicho los buenos jefes "NO es sano, ni para el empleado ni para la empresa, trabajar después de la hora". También están aquellos jefes que no entienden eso, y también están aquellas empresas que ni siquiera te dan las gracias.