jueves, enero 26, 2006

Contradicciones vitales



Si mal no recuerdo (esto de la presión laboral a un día de salir de vacaciones me tiene sin memoria) el fin de semana pasado (¿o fue el antepasado?, bueno no importa, no es relevante para lo que voy a contar) viajé a Viña del Mar a visitar a mi polola y a mi "hijo" Don Boa (es mi perro pero es como si fuera mi crío). Tuve la suerte de que un muy buen amigo de la infancia, a quien conozco hace más de 14 años, toda una vida, también viajaba, con su polola. Claro que el a priori iba a Valparaíso, aunque terminó quedándose en Viña.

Sucede que nos fuimos conversando con su polola Jenny, una recién titulada de Trabajo Social o Asistente Social, la verdad es que aparte de la confusión que me causan ambas carreras no me acuerdo, obviamente por las razones ya mencionadas. Apasionada en lo suyo y de ideas muy radicales, una tendencia de izquierda social absoluta. Me contó de sus ideas en torno a lo social, a la educación, a la sociedad, a su trabajo.

Muy partidaria de la utópica igualdad de clases, y absolutamente contraria al pensamiento capitalista que nos embarga a quienes ya estamos arriba de la máquina del sistema, muy en resumen, me planteaba que parte de su trabajo esperaba que consistiera en ayudar a modificar el sistema educacional chileno en función de potenciar valores sociales. Olvidarnos de los planes de estudio preestablecidos y buscar una educación útil, profesor y alumno a la par aprendiendo el uno del otro, no marcar esa diferencia de profesor=divinidad y alumnos=resto de los simples mortales. Una propuesta sin duda interesante, pero conceptualmente complicada considerando que son años y generaciones las que han seguido el antiguo método tradicional de enseñanza, sumado a los profesores que enseñan de esa manera.

Motivado por su radical postura decidí preguntarle cómo pretendía conseguir o impulsar la materialización de ese cambio en el método de enseñanza, a lo que respondió con estudios e investigación sobre el tema. ¿Y los medios para hacer esa investigación? postulando a concursos públicos, pidiendo financiamiento, beca y apoyo de otras entidades. Y ahí surgió la contradicción vital. Ya el solo hecho de mostrar un nivel de conocimiento mayor, de plantear soluciones que están basados en financiamientos externos, nos situa en una posición de desigualdad social. Poco a poco vamos cayendo y siendo absorbidos por el mismo sistema capitalista al que tanto criticamos, no sólo por un capital en dinero sino también por un capital de conocimiento. Es decir, inevitablemente volvemos a poner una diferencia entre las personas, las que saben más y las que saben menos. Puede que no se entienda a la primera, pero dándole un par de vueltas al asunto se distingue la contradicción.

Es el idealismo que vamos perdiendo cuando tomamos conciencia de la realidad. Trás una acalorada pero respetuosa discusión, decidió tácitamente desviar el centro del tema, supongo que se habrá dado cuenta de la inevitable contradicción a la que se enfrentaba.

Resulta entretenido ver desde afuera el cómo me voy desenvolviendo en un entorno donde gran parte de las cosas que hago tiene una cierta tendencia a girar alrededor a contradicciones vitales, sobretodo si tengo que defender mis ideas o argumentar sobre algún tema. Es parte de la herencia de la mentalidad de ingeniero que "heredé" de mi paso por la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. Sin embargo he sido catalogado como la excepción a la regla "Todos los ingenieros tienen cabeza de tele".

Ahora estoy leyendo "La Novena Revelación" de James Redfield. Interesante libro que plantea, en su relato, como va evolucionando la sociedad hacia un entendimiento más completo del universo que la rodea. En la parte que voy, hace referencia a la lucha de energías que se da entre las personas que se relacionan, ya sea en una conversación, en una discusión o en general, como irradiamos cierta energía tratando de absorber el poder del otro, sobre todo en las discusiones. Sin saberlo, esa tarde logré ese conocimiento. Y da para pensar como un libro que es una novela puede cambiar un poco los enfoques y percepciones "naturales" que damos a las cosas.