viernes, octubre 21, 2005

El debate presidencial desde la perspectiva Isleña

Tratando de mantenerme al día con las noticias y cahuines de Chilito lindo, me enteré del famoso debate presidencial. Por esas casualidades y gracias a las maravillas de la tecnología, disponíamos de televisión satelital, así que pudimos ver unos pedazos del debate a través de CNN en español.

El debate en si, conducido por nuestra chilena Constanza Santa María y una tropicalísima Glenda Umaña, más que un debate fue una especie de foro, donde hacían una pregunta y en miserables 60 segundos, los potenciales presidentes debían referirse a temas que ameritan bastantes minutos más. A menos que sufras de una verborrea como la de Sebastián Piñera es imposible abordar nada de alguna manera contundente.

Ví a una Bachelet absolutamente plana, a un Lavín agresivo, a un Piñera verborreico y poco concreto, y a un Hirsh idealista y soñador. Todos con conceptos propios, con altibajos en sus discursos, pero ¿y el mensaje? ¿y la sustancia? Nada, con un "debate" como este no es posible ver de que es capaz un candidato para plantear sus argumentos y su proyecto de plan de gobierno. NO existió debate y punto. Como será que quedé aún más convencido de no inscribirme para votar. Muchos objetarán mi decisión acotando que no tengo opinión que valga. Discrepo con ellos, tengo una opinión, de casi plena disconformidad con el sistema (aunque lo debo asumir tal cual está, sin poder hacer gran cosa por cambiarlo), pero no es una opinión cívicamente contabilizable. La prensa acotó que creció el número de indecisos para la próxima votación...

Y leyendo más comentarios llegué al titulado: Barriendo con la "imagen país" de Mauricio Hoffmann, un periodista bastante acertado en su labor. Lamentablemente debido a los escritos publicados en el matutino Las Últimas Noticias, pasquín farandulero prácticamente de mala muerte, decidió dar de baja su blog homónimo: Mauricio Hoffmann. Da mucho que pensar, pero me llega a dar pena como un hombre dedicado a los medios, independiente de sus motivos, independiente si ellos son objetivamente válidos u objetables, decide dejar de comunicar a través de un espacio propio (al menos de su propia autoría). Sólo puedo concluir que la mentalidad del chileno es todavía muy mediocre, lo que no va como ataque ni ricriminación a la persona de Hoffmann. Inclúyome en mi apreciación, destruimos creaciones, tememos al ridículo, evitamos cualquier tipo de confrontación. Si tenemos argumento suficiente para defender nuestros ideales ¿para que callar? Existe una libertad de expresión, que, si no caemos en faltas de respeto, ni injuriamos, ni calumniamos a nadie, podemos utilizar, las libertades son para utilizarse ¿no?

Sobre las libertades, Jakob Nielsen dice algo medianamente cierto en su Lista de errores de usabilidad de los blogs, particularmente en el 9:

"9. Forgetting That You Write for Your Future Boss

Whenever you post anything to the Internet -- whether on a weblog, in a discussion group, or even in an email -- think about how it will look to a hiring manager in ten years. Once stuff's out, it's archived, cached, and indexed in many services that you might never be aware of.

Years from now, someone might consider hiring you for a plum job and take the precaution of 'nooping you first. (Just taking a stab at what's next after Google. Rest assured: there will be some super-snooper service that'll dredge up anything about you that's ever been bitified.) What will they find in terms of naïvely puerile "analysis" or offendingly nasty flames published under your name?

Think twice before posting. If you don't want your future boss to read it, don't post."

Me da para pensar, pero si realmente me preocupara este blog no existiría. ¿Tan malo es decir las cosas como son?

Cosa curiosa, buscando enlaces sobre Lavín, cosa de no dejar referencias en el aire llegué casi por instinto a http://www.lavin.cl . Debo reconocer que me sorprendí.

Etiquetas: