Trabajo de turista

Cómo no todo puede ser trabajo, obviamente hay que disfrutar aunque sea un mínimo de las bellezas naturales que hay aquí en La Isla. Me queda claro que los lectores ya tienen una idea bastante clara de donde estoy, pero por razones de seguridad (se podrán imaginar porqué), prefiero evitar mencionar el nombre oficial.

A continuación el prometido resumen:

"Quién lo diría, en viaje de trabajo y yo dándome la gran vida de turista, al menos un pequeño espacio para disfrutar.

Obviando los pormenores y pormayores del viaje, este fue simplemente misceláneo, la carretera llena de avisos que aluden a la revolución, en realidad todo aquí alude a la revolución, la R de revolución está en todas las siglas oficiales. El único aviso que no pillé fue el de "Vamos Bien".

Una vez en destino debo decirlo, el mar increible, una tina, aguas transparentes y tranquilas, oleaje moderado, arenas blancas, casi nada de gente, fuera de temporada. Disfruté de unas horas de agua de mar, olas, arena, sol y lectura hasta que fuimos a almorzar. Ni más ni menos que langosta grillé. Nada de otro mundo, pero había que comerla. La playa y complejo turístico está ubicada en una península, hay mar visible hacia ambos lados (no tengo referencias de punto cardinales donde no hay montañas). La vuelta a la playa fue más de lo mismo, más de esas paradisíacas locaciones ¿qué envidia, cierto? ;) . Existía la opción de una excursión de esnorquel, cosa de poder bucear y ver pescados de colores, pero como estabamos de visita fuera de temporada no había veleros haciendo excursiones, aparte que el mar estaba "bravo". Un concepto muy subjetivo de mar bravo, pero bueno...

Así como lo conocí, esta playa es más el nombre que otra cosa, el lugar es precioso, sin duda, pero es la playa de arenas blancas y aguas cristalinas y nada más. Quizás como centro turístico tiene más atractivos, imagino que en temporada alta, pero no ahora. No me mata no ir nuevamente en este viaje, y soy completamente sincero al decirlo."